El nacimiento de su segundo retoño, la niña Angélica Lucero, ha sido una sacudida en la vida del reguetonero Arcángel. No sólo le impresionó ser testigo del parto, sino que el proceso le sirvió para valorar aún más a la mujer.
“Me siento hasta más completo como ser humano, porque tuve la oportunidad de ver cómo empieza la vida de nosotros”, expresó todavía sorprendido por lo vivido el pasado 29 de diciembre, cuando nació su primera hija hembra. La bebé, que él describe como un ángel, por lo poco que llora, pesó cinco libras con siete onzas, y midió 19 pulgadas.
Arcángel dice que la paternidad le ha ganado una guerra con su doble personalidad, pues una parte de él, Austin, se muestra más común, más tranquilo, aunque también le interesa saber cómo se comporta la cuenta de banco.
Y, a la otra parte, Arcángel, le “gusta mucho el party, yo amo el pariseo, me encanta la farándula, me encantan las fotos, pero desde que mis hijos nacieron, a mí me ha dejado de gustar”.
“Tengo una batalla entre dos personas súper grandes, porque a Austin no le gusta nada de eso, lo que le gusta es el dinero y saber que la cuenta de banco va bien, a Arcángel le gusta todo, le gustan los chavos, la farándula, el blin blin, no sale pa’ un lao si no tiene sus cadenas puestas, Austin no, Austin sale pelú, y ese Austin nació de nuevo en mí, el que yo era antes, el que no le importaba el qué dirán de las personas”, explicó, aunque es evidente que ni él está muy claro sobre lo que experimenta en su interior.
“Me siento hasta más completo como ser humano, porque tuve la oportunidad de ver cómo empieza la vida de nosotros”, expresó todavía sorprendido por lo vivido el pasado 29 de diciembre, cuando nació su primera hija hembra. La bebé, que él describe como un ángel, por lo poco que llora, pesó cinco libras con siete onzas, y midió 19 pulgadas.
Arcángel dice que la paternidad le ha ganado una guerra con su doble personalidad, pues una parte de él, Austin, se muestra más común, más tranquilo, aunque también le interesa saber cómo se comporta la cuenta de banco.
Y, a la otra parte, Arcángel, le “gusta mucho el party, yo amo el pariseo, me encanta la farándula, me encantan las fotos, pero desde que mis hijos nacieron, a mí me ha dejado de gustar”.
“Tengo una batalla entre dos personas súper grandes, porque a Austin no le gusta nada de eso, lo que le gusta es el dinero y saber que la cuenta de banco va bien, a Arcángel le gusta todo, le gustan los chavos, la farándula, el blin blin, no sale pa’ un lao si no tiene sus cadenas puestas, Austin no, Austin sale pelú, y ese Austin nació de nuevo en mí, el que yo era antes, el que no le importaba el qué dirán de las personas”, explicó, aunque es evidente que ni él está muy claro sobre lo que experimenta en su interior.
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